El leopardo (Panthera pardus) es un mamífero carnívoro de la familia de los félidos. Como los otros tres grandes felinos del género Panthera, el león, el tigre y el jaguar, están caracterizados por una modificación en el hueso hioides que les permite rugir. También se lo conoce como pantera parda y cuando presenta un pelaje completamente oscuro como pantera (melánico).
Características:
Habitualmente, se lo suele confundir con el guepardo,
con el cual comparte un aspecto muy similar (pelaje amarillo con motas
oscuras), pero del cual difiere enormemente tanto en características
físicas como en comportamiento, siendo el guepardo llamativamente menos
agresivo que el leopardo; además, el leopardo no tiene los
característicos lacrimales negros que encuadran el morro del guepardo.
El leopardo tiene una silueta bastante maciza, con la cabeza redonda y la cola larga y fina. Sus patas son potentes, con cuatro dedos en las posteriores y cinco en las anteriores, siendo todas sus garras retráctiles. Alcanzan de 91 cm a 1,91 m de longitud, más de 58 a 110 cm de la cola y una altura en la cruz de 45 a 78 cm.Los machos adultos llegan a pesar entre 37 y 90 kg, y las hembras de 28 a 60 kg.
Alimentación:
Este felino se alimenta de mamíferos medianos y pequeños. En su dieta se incluyen monos, cerdos, ciervos, chacales, antílopes, aves, ganado, etc. Guarda parte de su caza en los árboles para poder comer varios días. Tiene inteligentes técnicas para capturar presas, sobre todo monos desprevenidos a los que pierde su curiosidad.
Etimología:
En la Antigüedad, el leopardo era considerado un híbrido de un león y una pantera, como queda reflejado en su nombre, el cual se compone de las palabras griegas de λέων leōn (león) y πάρδος pardos (pantera macho). Está, además, relacionado con el sánscrito पृदाकु pṛdāku (serpiente, tigre, pantera) y probablemente se deriva de la lengua mediterránea, así como del egipcio.